Fue desarrollado en París y más tarde cultivado en Hollywood como el estilo de las estrellas, fue durante años el símbolo del glamour. El art déco (también art decó o incluso art deco) fue un movimiento de diseño popular a partir de 1920 hasta 1939.
El punto álgido del Art Decó fue en el periodo entre las dos guerras mundiales y unió a todas las artes (decorativas, gráficas, arquitectura, joyería, escultura, pintura, cine…) en un amalgama de difícil definición que engloba desde gigantescos rascacielos a pequeños objetos, incluyendo iconos tas reconocibles como el Oscar de Hollywood o el robot de Metropolis (1927) de Fritz Lang.
Todo lo tocó, influyendo en la cultura de su tiempo y guiando la estética en nuevas y revolucionarias direcciones. El diseño industrial, la tipografía, la publicidad o la moda no serían iguales sin este movimiento.
Se juntan muchos estilos y movimientos vanguardistas para crear un estilo de la «edad de la máquina», menos orgánico que el Art Nouveau, por lo que ahora las líneas son rectas y gusta la simetría.
El Art Decó es monumentalidad tomada del Antiguo Egipto, ingeniería aerodinámica e iluminación eléctrica tomada del futurismo, las formas fraccionadas del cubismo, los colores fauvistas, la geometrización de la Bauhaus…
Este marcado eclecticismo (porque de eso se trata el Art Decó) es fiel a su época de grandes cambios tecnológicos, políticos y sociales. Es burgués (casi puramente decorativo) y nos habla del progreso, la elegancia, lo opulento, lo exagerado, casi como una reacción contra la austeridad forzada a causa de la Primera Guerra Mundial.
El Art Decó es hedonista: una vía de escape ideal para fiestas con jazz y cocaína.
Evidentemente entró en decadencia con la II Guerra (si es que alguna vez no fue un arte decadente), pero aún hoy se hacen cosas de ese estilo, que nunca dejó de existir desde entonces.
El mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón.
«Metropolis» (1927) de Fritz Lang.
El art decó en Latinoamérica
Algunos de los mejores ejemplos sobrevivientes del arte y la arquitectura art déco se encuentran en La Habana (Cuba). El Edificio Bacardí se destaca por su estilo particular, que refleja los temas clásicos del art déco. El estilo se aplicó a las residencias, edificios de oficinas, hoteles y muchas otras clases de arte decorativo, mobiliario y utensilios en edificios públicos, así como en viviendas privadas.
Palacio Rinaldi, ubicado en la esquina noreste de Av. 18 de julio y Pza. Independencia, Montevideo. Otro país con muchos ejemplos de una rica arquitectura art déco es Brasil, especialmente en Goiânia y en ciudades como Cipó (Bahía), Iraí (Rio Grande do Sul) y Río de Janeiro, especialmente en Copacabana. También en el nordeste brasileño — notablemente en pueblos pequeños como Campina Grande del estado de Paraiba — hay una cantidad notable de edificios art déco, un conjunto que ha sido llamado «Sertanejo Art Deco» por sus características arquitectónicas particulares.19 El motivo por el cual este estilo tuvo tanta difusión en Brasil es que coincidió con el rápido crecimiento y los cambios económicos radicales que presentó el país en la década de 1930.
El art déco también tuvo gran éxito en las grandes ciudades de Argentina y Uruguay, especialmente en la zona del Río de la Plata, de alma cosmopolita y siempre muy influida por las novedades europeas. En Buenos Aires tuvo su período de auge en la segunda mitad de los años 20, con importantes edificios realizados por el innovador arquitecto Alejandro Virasoro (sus obras más recordadas son la Casa del Teatro y La Equitativa del Plata). El Edificio Kavanagh, uno de los iconos de la ciudad, ostenta una volumetría escalonada muy propia del art déco, aunque está casi totalmente desprovisto de ornamentaciones, y la Facultad de Medicina de la UBA son otros ejemplos de grandes dimensiones, y ocupan una manzana entera con sus fachadas escalonadas. En varias ciudades de la Provincia de Buenos Aires, el arquitecto Francisco Salamone realizó una amplia variedad de edificios de un estilo muy particular, combinando el art déco con el futurismo italiano, quizá un caso único. Como caso particular, se destaca en la ciudad de Rosario el Palacio Minetti, coronado por dos estatuas de bronce. En Córdoba (Argentina) el estadio del Club Atlético Talleres, denominado la Boutique de Barrio Jardín, es un reflejo del estilo art déco en esta ciudad, ideado por los ingenieros civiles, S. Allende Posse y Agenor Villagra. En Buenos Aires, el estadio del Club Atlético Huracán, situado en el sur de su ciudad fue el primer estadio art déco en toda América, es un invaluable edificio amparado por la legislatura de su país como «Patrimonio Histórico y de Defensa Cultural «, bajo el expediente Nº62548-2005; se conserva intacto desde su inauguración.
También en Montevideo existen varios ejemplos notables de arquitectura art déco, a partir del Palacio Rinaldi (Avda. 18 de Julio 839/841 esq. Plaza Independencia), y son fácilmente accesibles realizando un circuito dentro del centro de la ciudad: el Palacio Díaz (Avda. 18 de julio de 1333, entre Yaguarón y Ejido), Palacio Tapié (Constituyente 1402 esq. Santiago de Chile), Edificio Lux (Constituyente 1661 esq. José E. Rodó), Edificio Parma (Avda. 18 de julio de 1645 esq. Minas).