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Las esculturas de chocolate más curiosas, interesantes e increíbles del mundo

El chocolate es uno de los alimentos más deliciosos y versátiles que existen. Además de ser un placer para el paladar, el chocolate también puede ser un material para crear obras de arte. Así lo demuestran las increíbles esculturas de chocolate que se han realizado en diferentes partes del mundo, con formas, tamaños y detalles sorprendentes.

Aquí te presentamos algunas de las esculturas de chocolate más curiosas, interesantes e increíbles del mundo, que te dejarán con la boca abierta y con ganas de probarlas. ¡No te las pierdas!

La Torre Eiffel de chocolate

La Torre Eiffel es uno de los monumentos más emblemáticos de París y del mundo. Pero, ¿te imaginas verla hecha de chocolate? Eso fue lo que logró el maestro chocolatero francés Patrick Roger, quien en 2016 creó una réplica de la Torre Eiffel de 10 metros de altura y 4 toneladas de peso, hecha íntegramente de chocolate.

La impresionante escultura de chocolate se exhibió en la plaza de la Bastilla de París, como parte de las celebraciones del Día de la Bastilla. La obra fue un homenaje a las víctimas de los atentados terroristas que sufrió la ciudad en 2015. Además, la escultura tenía un fin solidario, ya que se repartió entre los asistentes y se donó parte de los beneficios a una asociación de ayuda a los refugiados.

El vestido de chocolate

El chocolate no solo sirve para hacer esculturas, sino también para diseñar ropa. Así lo demostró la diseñadora británica Sarah Hardy, quien en 2014 creó un vestido de chocolate inspirado en el estilo victoriano. El vestido estaba hecho de chocolate blanco y negro, y tenía un corpiño, una falda y un sombrero, con detalles como botones, encajes y flores.

El vestido de chocolate se presentó en el Salón del Chocolate de Londres, donde causó sensación entre los asistentes. La obra fue un reto para la diseñadora, que tuvo que trabajar con cuidado para evitar que el chocolate se derritiera o se rompiera. El resultado fue una pieza única y elegante, que combinaba el arte y la moda.

El tren de chocolate

Otra de las esculturas de chocolate más impresionantes del mundo es el tren de chocolate que se exhibió en la estación de Bruselas, en Bélgica, en 2012. El tren de chocolate era una réplica del tren de alta velocidad TGV, y medía 34 metros de largo y 1,5 metros de alto. Estaba hecho de 1.285 kilos de chocolate, y tenía todo tipo de detalles, como ventanas, puertas, asientos, ruedas y hasta pasajeros.

El tren de chocolate fue obra del maestro chocolatero belga Andrew Farrugia, quien tardó más de 700 horas en completarlo. La obra fue un homenaje al centenario de la primera línea de tren eléctrica de Bélgica, y también un récord Guinness, al ser el tren de chocolate más largo del mundo.

El Buda de chocolate

El chocolate también puede tener un significado espiritual, como lo demuestra el Buda de chocolate que se creó en Taiwán, en 2011. El Buda de chocolate era una escultura de 1,8 metros de altura y 180 kilos de peso, que representaba al Buda sentado en posición de loto. Estaba hecho de chocolate negro, y tenía una capa de oro comestible que le daba un aspecto brillante.

El Buda de chocolate se exhibió en el Museo de Arte de Kaohsiung, como parte de una exposición sobre el arte y la religión. La obra fue una colaboración entre el artista taiwanés Liao Yu-an y el chocolatero francés Frédéric Cassel, quienes quisieron expresar el concepto de «vacuidad» del budismo, al crear una escultura que se podía comer y desaparecer.

El castillo de chocolate

Los cuentos de hadas también pueden cobrar vida con el chocolate, como lo muestra el castillo de chocolate que se construyó en China, en 2008. El castillo de chocolate era una réplica del castillo de Neuschwanstein, el famoso palacio de Baviera que inspiró a Walt Disney. El castillo de chocolate medía 12 metros de largo, 10 metros de ancho y 8,5 metros de alto, y estaba hecho de 5 toneladas de chocolate.

El castillo de chocolate se instaló en el parque temático World Chocolate Wonderland, en Pekín, donde se podía admirar su belleza y su aroma. La obra fue un desafío para los creadores, que tuvieron que usar un sistema de refrigeración para evitar que el chocolate se derritiera por el calor. El castillo de chocolate fue una de las atracciones más populares del parque, que ofrecía a los visitantes una experiencia mágica y dulce.

 

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